LA LOCURA DE LO PROHIBIDO

Primeros Momentos...

¿Por qué será que lo prohibido tiene ese fuego que quema y atrapa?

Ella no lo sabía todavía, pero iba a vivir la aventura más disparatada de toda su vida. Aunque ella la creía real... Todo empezó por casualidad, un directo en Instagram, una petición pública y una respuesta rápida por parte de él. Ese mismo día hablamos durante horas. A partir de ese día éramos dos sedientos, creadores de causalidades para propiciar ese encuentro, piel con piel tan ansiado.

Eran las 6 AM, yo llegaba a casa con un amigo después de una noche de diversión en un local Swinger. Cuando veo a alguien esperando en la puerta, si era él. Me baje del coche, y cuando me vió sus ojos se tornaron oscuros y profundos, tenía ganas de mí, igual que yo moría de ganas por él.

Llegó el momento en que nuestras bocas se encontraron y por sorpresa no fue una sensación desconocida. Nuestras lenguas se encontraban, saludándose como viejas amigas. Sabían perfectamente donde ir a buscar la ardiente reacción del otro.

¿Será la química del uniforme? ¿Lo prohibido?

Su erección crecía por momentos y cuando ya no podía resistir más la tentación entramos en su coche. Éramos un volcán en erupción, un tornado desbocado de lujuria. Su erección ya no cabía en el pantalón y con manos ansiosas de rodear su miembro bajé la cremallera de su pantalón, mirándole fijamente a los ojos. Busqué la aprobación en su mirada, 'agárrala fuerte y sácala no se rompe' -me dijo él, con voz ronca. 

Introduje el pene en mi boca, cosa que produjo que emitiera un sonido gutural de placer y deseo. Ese sonido fue música en mis oídos, y tomé la decisión de hacerlo gozar como jamás se lo habían hecho. Mientras notaba la humedad de mi lengua en su miembro, él ejercía presión en mi cabeza para que no me separara ni un milímetro de el. Los dos éramos un sólo cuerpo disfrutando de aquel momento, hasta que llegó la explosión deseada, y el sabor de su néctar en mi boca me hizo saber que que sería suya y el sería mío.

Desde ese momento supimos, que viviríamos como funambulistas, haciendo equilibrios para poder encontrarnos. Porque sí, el pertenecía a otra persona hasta ese día... Porque en el ya sólo nacían ganas hacia mí....

CONTINUARÁ...